Con el propósito de cumplir la misión para lo que fue creado la Escuela, hoy en día ofrece múltiples cursos en materia jurisdiccional, ética y de relaciones humanas, tanto para los servidores judiciales de los diversos distritos en los que se encuentra dividido el Estado como para el personal administrativo que lo complementa. La Escuela tiene actualmente la categoría de Centro de Educación Superior; a partir del 19 de agosto del 2009 cuenta con la autorización de la Secretaria de Educación Pública para expedir títulos, certificados, reconocimientos y diplomas con el mismo valor, alcance y fuerza que los obtenidos en instituciones autónomas oficiales y privadas de educación superior.

La finalidad de la Escuela bajo su estructura actual es la de dotar a los servidores judiciales y a los que aspiran pertenecer al Poder Judicial, de herramientas y conocimientos que les permitan desempeñar con pericia y ética la labor jurisdiccional, y erradicar la repetición de formulas y procedimientos viciados que han dejado de tener vigencia, para responder a los requerimientos de cambios del derecho, generados por el acelerado progreso de la sociedad.

  Con la firme determinación de brindar un sistema de justicia eficaz y aumentar la confiabilidad en sus órganos jurisdiccionales, la Escuela se adecua a las exigencias actuales y se consolida como una Escuela Judicial de excelencia, respetada y reconocida a nivel nacional e internacional por su labor de formación, capacitación, especialización y actualización de los servidores públicos del Poder Judicial del Estado y de quienes pretendan pertenecer a éste, desarrollando en los aspirantes los conocimientos necesarios para el desempeño de la labor judicial y las actitudes éticas relacionadas con esta noble tarea, pues la realidad actual en la que está inmerso el acceso a la justicia hace necesario la implementación de nuevos dispositivos que la garanticen a plenitud.

Establecido  el propósito principal de nuestra Escuela y la proyección de qué se quiere ser en el futuro, es necesario plasmar nuestros principios y valores ejerciéndolos como nuestra filosofía de trabajo cotidiano. La Escuela no sólo está constituida por su infraestructura material, si no que en su interior se desarrolla la convivencia y la participación, lo que permite compartir valores comunes que directamente se transmiten .